Un nuevo curso comienza lleno de novedades. Cada curso es distinto, siempre he sentido la necesidad de hacer cosas diferentes, inventar, aprender, investigar... Éste tiene de especial que hacía ya 7 años que no tenía un aula de 3 años. Todo un reto para mí, que empiezo con ellos con mucha ilusión. Estos primeros días son un poco difíciles para todos: tenemos que adaptarnos unos a otros, conocernos, confiar y empezar a querernos.
El martes empezamos con dos horitas juntos: llantos desconsolados a la entrada, que se fueron apagando poco a poco, unos antes, otros después y otros casi no consiguieron deshacerse de él. El siguiente día cinco horas de golpe: más llantos contagiados a la entrada,algunos se colgaron la mochila cuando íbamos a ir al recreo pensando que su ratito de cole había terminado por ese día... Parece increíble que al cuarto día (que también hubo contagios de llantos a la entrada) hubiesen aprendido tanto. El esfuerzo de la dirección del colegio, que hace todo lo posible para que durante dos semanas siempre haya otra profesora o profesor en las clases de 3 años, les ha permitido ir dominando el espacio de clase y empezar a conocer unas ideas básicas de cada rincón; entre dos personas es mucho más fácil escucharlos y atenderlos. No todo está conseguido ni mucho menos pero mirad como estaban a las 10.30, una vez terminada la asamblea:
Y no solo es difícil para estas pequeñas personitas que entran en un mundo nuevo, también lo es para
muchos de vosotros, familiares que os vais con la intranquilidad de verlos llorando
o muy serios a la entrada. A vosotros os dedico este dibujo de Eva
Armisen, una pintora “de sentimientos”. Un poco de paciencia y
veréis como todo va sobre ruedas; juntos lo conseguiremos.
Bienvenidos a todos.
Bienvenidos a todos.